Todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera, todo se acelera.

martes, 4 de marzo de 2014

Siempre a medio escribir



Como siempre que escribo últimamente, y como coletilla de estos últimos años, diré que hace mucho que no escribo, no se si alguien leerá esto, aunque probablemente eso no sea así.

Todo cambia, todo es diferente y todo sigue igual, en su sitio, pero mejorado, pulido, cada vez más refinado, fuerte y sólido. La vida tiene muchas formas de demostrar que nuestra existencia es una ironía. Del mismo modo que brinda un poco de felicidad te sacude con golpes muy dolorosos. Sin embargo hay que ser realistas, de todo se aprende y  la adversidad nos va dejando letras para completar un libro siempre a medio escribir.

No se con quien hablar, no se si quiero hablar y no se si debo hablar pero hacerlo es algo imprescindible para intentar salir de este tránsito existente entre un mal momento y un futuro esperemos cada vez más pleno.

En cuanto a mis experiencias, podría destacar que la vida es una caja de sorpresas en la que buscar la felicidad se puede tornar en algo más complejo que encontrar una aguja en un pajar. Nunca se está preparado plenamente para seguir adelante en el camino, pero al mal tiempo buena cara.

Como resumen en general, y probablemente lo más importante de todo esto, me gustaría compartir con vosotros las letras que me ha brindado la adversidad esta vez: "No podrás querer a nadie hasta que no te quieras a tí mismo"


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