Todo en exceso es malo, incluido pensar. En estas fechas, de descanso y tranquilidad, hay mucho tiempo libre para pensar, repasar tu vida, y por supuesto hacer que pensar a los demás. Por pensar demasiado me encuentro aquí a las seis de la mañana escribiendo ya que, otra noche más, no puedo dormir debido a mi burdo quehacer. Me siento atrapado en un mar de pensamientos que me atosigan y que no me dejan apenas dormir, cualquier pequeña idea introducida en mi cabeza, puede ser el origen de embravecidos mares de ideas, que a modo de árbol comienzan a expandirse por mi mente. A veces me siento perdido donde estoy, no le encuentro sentido a mis pesares, o pienso que tal vez sean infundados, sin embargo no me dejaré engañar por mi mismo y por supuesto nadie pagará mis platos rotos. Y es entonces cuando de nuevo aparece por mi mente la idea de que necesito un urgente cambio que me ayude a superar mis mas profundos y sinceros miedos. Hasta entonces, solo queda luchar, por mantener la cordura dentro de mi propia tempestad.
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